En 1996 se estrenaba en los cines de todo el mundo Mission: Impossible. La cara de Tom Cruise se podía ver por todas partes y la música de la película se instalaba en el cerebro sin posibilidad de reseteo. Ese verano, como todos supongo, el Palacio de Buckinham era un sitio insoportable. Pero para los visitantes primerizos no deja de ser una obligación respetar ciertas tradiciones, por muy horteras y anacrónicas que sean, así que cuatro almas cándidas nos acercamos a ver un Cambio de Guardia que acabó con la banda interpretando la música de Mission: Impossible. No sé si sería parte de la promoción de la película, aunque todo puede ser viendo la parafernalia comercial que acompaña a la Monarquía inglesa.
13 años después, y sin quererlo, me he encontrado con otro cambio de guardia intentando llegar desde Green Park a la Estación Victoria. Me lo he encontrado a lo lejos, eso sí. Tampoco podría haberme acercado más, es verdad. El colofón ha sido una canción de Australian Blonde, My Way. Aunque creo que también la cantaba otro tipo, un americano me parece. Si pasamos la gorra, lo mismo nos tocan el Asturias de Víctor Manuel.
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