miércoles, 19 de agosto de 2009

Pop Art de mercadillo

El postulado más conocido del Pop Art que Warhol y Lichtenstein elevaron a la categoría de negocio planetario podría ser que toda realidad, empezando por la más cotidiana, es susceptible de convertirse en modelo para una obra de arte. El Tate Modern se ve que ha regado mi pensamiento creativo y he parido tres obras de arte bien diversas:

1. A la primera la he llamado Yo con la familia Oso, reflejados en un espejo verde (es que soy muy descriptivo con algunos títulos). Como la realidad más cercana que tengo soy yo mismo, pues me he convertido en obra de arte, acompañado, eso sí, por unos osos.

2. La segunda es Rápido-Despacio-Rápido-Despacio, en la que quiero enfatizar el contraste que supone un menú de comida rápida -Fish and Chips, por muy raro que apareciera nombrado en la carta- con la tranquilidad interior que se intuye en el sujeto (yo) que las ingiere, enmarcado todo en un segundo círculo de contraste aún mayor, el de la tranquilidad del Támesis y el deambular frenético de los turistas por el Puente del Milenio, en un constante ir y venir en busca de sensaciones que contarles a sus amigos a la vuelta. No, querido turista, no hace falta que pospongas la paliza que les darás a tus amigos, que esperes a llegar a tu casa: puedes torturarlos a diario abriéndote un blog.

3. La tercera se llama "Postal", y es en la que exploro la parte más figurativa y aséptica de mi hemisferio creativo. Y en la que probé lo del disparo automático.

2 comentarios:

  1. Molan los enanos verdes de arriba.... :) Yo quiero unos

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  2. Lo voy a intentar pero vete hablando con el Ministerio para que me saquen del trullo si me pillan, porque están en el Tate Modern. Y no son verdes, verde es el espejo desde el que les saqué la foto (que es otra obra de arte, que hay muchas por allí...). Hombre, una capa de Titanlux tampoco será muy difícil de darles...

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