El 171

Al norte del Rin, se ve que no se paga el transporte público. Si en Berlín el metro tiende a ser gratuito (no para los alemanes, tan rectos, pero sí para los turistas, o al menos para alguno), en Varsovia el autobús es gratis también para los polacos (vamos, no es que sea gratis, es que no lo pagan). De hecho, la primera vez que me monté en el 171 e intenté pagar el conductor me miró como a un extraterrestre.

No hizo falta que dijera nada (que por otra parte yo no habría comprendido). A partir de entonces, no pagué ningún día los 2,4 zlotys (0,58 euros). Y eso que el 171, durante estos días es un verdadero experimento por el que valdría la pena pagar bastante más del precio del billete. ¿Cuántos eslovenos pueden entrar en un autobús? Ayer entraron unos 150. A los que hubo que sumar otros diez o doce españoles, seis o siete serbios y algún polaco con cara de despistado. Los ingleses prefirieron quedarse en tierra.

Durante uno de los trayectos de vuelta desde el Torwar -el lunes o el martes: hoy sólo iba muy lleno el autobús, no ridículamente abarrotado- me dio por pensar en lo relativo de las situaciones. Si alguien, en España, hubiese visto en un informativo de televisión una noticia sobre un autobús urbano en Polonia accidentado y con 250 heridos, hubiese pensado que era algo propio de un país tercermundista. Los 250 heridos, sin embargo, hubiésemos pensado que el conductor había cogido mal una curva...

PD: Buenas noticias, hoy un polaco me ha preguntado por una calle. Creo.