sábado, 5 de septiembre de 2009

Cuatro estaciones

La lluvia en Berlín, es un festín. Otra frase que llevaba intentando colar desde hace tiempo, aunque no con Berlín o festín, que eso me daba igual, sino con el tema de la lluvia. Según recientes estudios, la lluvia tiende a pillarte haciendo cola para un museo. Te consuelas pensando, eso sí, lo bien que estarás atechado en un rato. Pero luego miras por la ventana y te das cuenta de que ya no hay ni lluvia ni cola para entrar. Y maldices a todos los desgraciaos que siguen entrando al museo. El ser humano, que es de natural cabrón.

A lo que iba. De Edimburgo se dice que se pueden ver, como ya conté, las cuatro estaciones en un mismo día. Mentira desmontada en anterior post, por la ausencia de verano (vaya mojadura para ver el castillito de marras...). En Berlín, sí las puedes ver. Esta mañana, sin ir más lejos. Y casi en una hora. Esta vez, el invierno no lo sufrí solo, sino con los cientos de millones de personas (siguiendo el método de cálculo para según qué de según qué periódico -nacional o regional-) que participaban -participábamos- en una manifestación que, por lo que vi una vez en ella, era contra la energía nuclear. Lo bueno es que iba preparado con un chubasquero que una vigilante del Bode Museum -cruz la mía con esta gente, oyes...- sospechó una hora antes que era para robar una escultura de unos tres metros de altura... Pues no, era por si llovía.

Volviendo a la marcha, podía haber sido, perfectamente, por el futuro del campo, por los centenares de tractores aparcados en la Straße des 17. Juni: ya me había hecho la ilusión de algún reparto de productos hortofrutículas como protesta, pero los alemanes no deben ser tan desprendidos como los manifestantes en España. Cuando llegué -llegamos- a la Puerta de Brandemburgo, después de recorrer buena parte del Tiergarten, ya era verano otra vez.

PD1: Como la técnica ha traicionado al diario del joven viajero, he decidido reciclar una imagen ya publicada, pero que cobra actualidad teniendo en cuenta que mañana salgo hacia Varsovia a ver el Eurobasket. Y porque además es un fotón del ocho...

PD2: Entiéndase la referencia al diario del joven viajero en PD1 como un homenaje a Ignatius J. Reilly. Es que estoy terminando La Conjura de los Necios.

PD3: Sigo sin pagar en el metro, en represalia por la caminata a la Neue Nationalgallerie del otro día.

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