Hoy de nuevo cerraremos los ojos deseando con devoción una nueva noche ártica y del negro más puro, no como el de la oscuridad, sino como el del ébano. Así nuestros pulmones se anegan en un sueño que envenena y que sana. Sueños de noches árticas. Sueños de noches árticas, que envenenan y que sanan.
Cierra los ojos. Escucha en la oscuridad, cómo resuenan las cajas de música. Inténtalas parar.
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